Prof. Dra. Yoraima
Lárez de Rodríguez
Se
puede expresar que desde la última década del siglo XX se observa un fuerte
movimiento por parte de las naciones de América Latina en búsqueda de la unión para
desarrollarse, según sus potencialidades con miras al bien común y al respeto
por la autodeterminación de los pueblos.
En América el tema de la integración
aparece entre fines del siglo XVIII y segunda década del siglo XIX, tanto en las
trece colonias anglosajonas del norte de América como en la extensa área
correspondiente al imperio español, localizada en el norte, centro y sur del
continente. La idea de una unidad hispanoamericana es ideal del Libertador
Simón Bolívar y la unión es su antecedente.
En el Manifiesto de Cartagena, escrito en
1812, (2005), el Libertador, expone entre las causas por las cuales se pierde
la Primera República Venezolana la implementación del sistema federal porque es
mal interpretado y en lugar de la unión conduce a la separación y al conflicto;
enfatiza:
…lo que debilitó más el Gobierno de
Venezuela fue la forma federal que adoptó, siguiendo las máximas exageradas de
los derechos del hombre, que autorizándolo para que se rija por sí mismo, rompe
los pactos sociales y constituye a las naciones en anarquía.
El sistema federal, bien que sea el
más perfecto y más capaz de proporcionar la felicidad humana en sociedad, es,
no obstante, el más opuesto a los intereses de nuestros nacientes estados.
Generalmente hablando, todavía nuestros conciudadanos no se hallan en aptitud
de ejercer por sí mismos y ampliamente sus derechos; porque carecen de las
virtudes políticas que caracterizan al verdadero republicano; virtudes que no
se adquieren en los gobiernos absolutos, en donde se desconocen los derechos y
los deberes del ciudadano (p.p 9-10).
Indudablemente,
y así lo demostró la historia, para vivir en República se debe formar
republicanos: ciudadanos conscientes de sus deberes y derechos,
consubstanciados hacia el bien común, verdadera característica de una sociedad.
Posteriormente en 1815, escribe la célebre Carta de Jamaica en la cual realiza
un análisis de las condiciones demográficas, económicas, políticas y culturales en las que se encontraban
las diferentes provincias de la América española en la primera década del siglo
XIX, visiona los tipos de gobiernos que le podrían corresponder a cada país
hispanoamericano luego de alcanzada la independencia (Rojas, s/f. p. 7). Con
ello se adelanta a su época, visiona a la América geopolíticamente unida y
esgrime toda una estrategia aprovechando circunstancias y vicisitudes para su
logro.
Yo deseo más que otro alguno ver
formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y
riquezas que por su libertad y gloria…
Yo diré a usted lo que puede ponernos
en aptitud de expulsar a los españoles, y de fundar un gobierno libre. Es la
unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino
por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos. América está encontrada entre
sí, porque se halla abandonada de todas las naciones, aislada en medio del
universo, sin relaciones diplomáticas ni auxilios militares y combatida por
España que posee más elementos para la guerra, que cuantos furtivamente podemos
adquirir.
Cuando los sucesos no están
asegurados, cuando el Estado es débil, y cuando las empresas son remotas, todos
los hombres vacilan; las opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los
enemigos las animan para triunfar por este fácil medio. Luego que seamos
fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección,
se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la
gloria; entonces seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes
prosperidades a que está destinada la América meridional; entonces las ciencias
y las artes que nacieron en el Oriente y han ilustrado a Europa, volarán a
Colombia libre que las convidará con un asilo.
En la carta de Jamaica el Libertador deja
entrever:
1.-
Unir la América en una gran nación
2.-
Independencia total de España.
3.-
Plan estratégico para lograr la independencia
4.-
Ese plan tiene que considerar lo siguiente: Alto nivel de conflictividad entre
los hombres que abre las puertas a la anarquía ante la debilidad del Estado.
Luego, transcurren eventos históricos (la
libertad de la Provincia de Guayana, noticias provenientes de España para
obtener la intervención de las grandes potencias en sus territorios en América,
la concepción del Presidente de Estados Unidos, Monroe, de calificar la guerra
de independencia como una guerra civil y el apoyo de Inglaterra en el envío de
expedicionarios ameritaba formar un gobierno constitucional) por lo cual
Bolívar fortalece aún más sus ideas, relata Gil Fourtoul (1979): “… concibió un
vasto plan…convocar un congreso, establecer el gobierno constitucional…
transmontar los Andes, libertar a Nueva Granada y fundar a Colombia” (p. 441).
Este pensamiento se convirtió en acción lo que derivó en el Congreso de
Angostura realizado el 15 de febrero de 1819 donde se declara la República de
Venezuela y la división de los poderes: ejecutivo, legislativo y Judicial.
Posteriormente, parte hacia el suroeste y
el ejército venezolano y neogranadino logra la Independencia de Nueva Granada en
la Batalla de Boyacá el 07 de agosto de 1819. Evidentemente, en el contexto
geográfico existen la República de Venezuela y la recién liberada Nueva Granada
que fungía para la época como Virreinato de Nueva Granada.
En vista de esta circunstancia, expone Gil
Fortoul (1979):
El 17 de diciembre [de 1819], el
Congreso dicta la “Ley Fundamental de la República de Colombia” según la cual
la antigua Capitanía General de Venezuela y el antiguo Virreinato de Nueva
Granada, formaran desde luego un solo Estado, divididos en tres grandes
departamentos con los nombres de Venezuela, Cundinamarca y Quito… el Congreso
Colombiano se reunirá en Cúcuta [Se realizó el 30 de agosto de 1821]… Bolívar
fue nombrado Presidente Provisional de Colombia, Roscio Vicepresidente de Venezuela
y a Santander de Cundinamarca (p.p. 465-466).
En el año de 1820, en España la revolución
liberal obliga a Fernando VII a “sustituir el sistema absolutista por el
constitucionalista” y se ve en la precisión de expedir instrucciones a América
para lograr la reconciliación con los Jefes Republicanos. Los patriotas ven la
oportunidad de lograr la independencia a
través de medios pacíficos y Simón Bolívar designa al General Antonio José de
Sucre para gestionar ante Morillo la firma de un armisticio (Hoover, 1975, p.p
123-124). De esta manera, las antiguas colonias comienzan a transitar el camino hacia la libertad del yugo español por la autodeterminación de sus pueblos. Entonces se comenzará hablar de la unión latinoamericana, suramericana, caribeña tal y como lo proyectó el Libertador.
REFERENCIAS
Bolívar,
S. (2005). Manifiesto de Cartagena. Caracas: MINCI.
Bolívar,
S. (2005). Carta de Jamaica. Caracas: MINCI
Gil
Fortoul, J. (1979). Historia Constitucional de Venezuela. Volumen II. México: Cumbre
Hoover,
J. (1975) Sucre, soldado y revolucionario. Cumaná: UDO
Rojas, R. (s/f). La unidad latinoamericana y caribeña en el
pensamiento y la acción política del
Libertador Simón Bolívar. Disponible en http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/21065/2/articulo7.pdf
Consulta el 19/11/2011.